lunes, 10 de agosto de 2020

III. Un viaje en metro a Tláhuac.

 

 

 

II.               Un viaje en metro a Tláhuac.[1]

 

Del metro Culhuacán al metro Periférico.

 

La ruta Mixcoac-Tláhuac corre del poniente al sur oriente de la Ciudad de México y a diferencia de las otras líneas del metro, en sus vagones hay vigilancia policiaca para evitar el comercio ambulante.  La estridencia del roce de las llantas de los vagones contra los rieles en las curvas de la parte elevada nos recuerda el escándalo mediático de su mala construcción.

Mixcoac significa en náhuatl serpiente de nubes, es la metáfora de la vía láctea, el teotl o dios fundacional del antiguo pueblo de Cuitláhuac Ticic[2] , hoy San Pedro Tláhuac (Feliciano & Leon Portilla, 1992, p. 63). Esta coincidencia simbólica e histórica, acompañó nuestro recorrido.

Entre el metro Atlalilco y Culhuacán la ruta se vuelve elevada, a lo lejos del lado izquierdo podemos observar un montículo verde rodeado pequeños árboles, hacia abajo le sigue un archipiélago de casas y edificios, muchas de ellas inconclusas. Es el Cerro de la Estrella, Huizachtépetl (cerro de los huizaches), Área Natural Protegida,[3] cada día más disminuida por la mancha urbana.

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 La línea negra traza las delegaciones que recorre la línea 12 del metro y en verde los suelos de conservación. Fuente elaboración propia y SEDEMA. (SEDEMA, 2016)

Con los trabajos de ampliación hacia el poniente, la línea 12 del metro se ha ido convirtiendo en un importante medio de transporte, con un aumento permanente de usuarios. Por ejemplo, datos oficiales, señalan que para el primer semestre del 2019 el flujo de usuarios aumentó a 400 mil usuarios (CDMX, 2019). 

En el tramo del metro Culhuacán al metro Periférico han surgido nuevos centros comerciales, principalmente en donde predominan las colonias, como metro Lomas Estrella, Calle 11 y Periférico.[4] 

La urbanización avanza y sobre la avenida que corre debajo del tren elevado es notorio el crecimiento del flujo de automóviles, con sus embotellamientos y servicio de transporte público de mala calidad, donde la inseguridad es permanente.

 

 

Del metro Periférico al metro Nopalera.

 

Hacia el norte del metro Periférico, a unos 4 km, en las faldas del Cerro de la Estrella se localiza la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, desde los años 50 del siglo pasado alimenta de agua tratada a las chinampas de Tláhuac y Xochimilco. La planta fue construida posterior al secado los manantiales por el entubamiento de los manantiales de la zona chinampera hacia la zona urbana. (Moncada Maya, 1982).[5]   

Del lado norte se encuentra la Sierra de Santa Catarina declarada Área Natural Protegida,[6]  este conjunto de cerros fueron elementos sagrados antes de la conquista de los españoles, marcados profundamente por su relación con el agua y la organización política territorial, denominados Altepetl[7]. Hoy les rodea la urbanización y el extractivismo hídrico con su permanente crisis de abasto de agua y hundimientos diferenciados.

Al sur del metro Periférico se encuentra la recién construida plaza comercial Parque Las Antenas, luce muy limpia y con grandes aparadores, tiene una cascada de agua que contrasta con la realidad hídrica de la zona. La plaza cuenta con un parque de juegos mecánicos en el techo.[8]

A medio kilómetro, entre el metro Periférico y Tezonco (lugar de Tezontle), los fines de semana se instala un tianguis[9] ofertando ropa, muebles, herramientas usadas, productos chinos, frutas, legumbres, comida y cerveza. Parece no afectarle la existencia de la nueva plaza por el flujo de visitas que tiene.

Pasando el tianguis, encontramos al pueblo de San Lorenzo Tezonco, con su tianguis local de todos los días y sus pequeños negocios sobre las avenidas. En sus orillas nos encontramos con la estación del metro Tezonco.

Entre el metro Tezonco y el metro Los Olivos está la división entre las alcaldías de Iztapalapa y Tláhuac, al fondo se encuentra el volcán Yuhualixqui (Lugar redondo), es parte de la cadena montañosa que conforma la Sierra de Santa Catarina. En planos más cercanos se encuentra la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, y cerca del metro las firmas comerciales como Wal Mart, Cinemex y Vips.

 

 

 

           

 

 

 

 

 

 

 

 


Fotografía. Volcán Yuhualixqui visto desde el metro Olivos, se observa el Wal Mart y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Archivo personal.

El volcán luce devastado por la actividad minera, proliferan a su alrededor colonias y nuevos Asentamientos Irregulares (Backhoff Escudero, 2018). En el portal El Sol de México  en la sección  Metrópoli, en entrevista Valentín Hernández Pérez representante de la cooperativa Xalli[10], señala que las  empresas como Eco Urb, Global System, Mares, son las responsables del daño a los cerros y denuncia que las empresas que explotan la minería en la zona, pasaron de tres en 2010, hasta 15 en el 2018. (Notimex, 2018).[11]

La comunidad estudiantil y docente de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México han adoptado al volcán como su símbolo y han organizado marchas alrededor del cerro. El profesor Sergio Luna, del Programa de Educación Ambiental de la misma universidad, ha denunciado el impacto negativo ambiental de la devastación del cerro. (Teorema, 2006). 

 

 

 

 

 

 

 


                                                               

Sierra Sta Catarina. Fotografía de la izquierda de 1920 de Hugo Brehme (Brehme, 2019). Del lado derecho fotografía del 2018 (Ilustrativa, 2018)

Con una extensión de 2900 hectáreas que abarcan parte de las alcaldías de Tláhuac e Iztapalapa, la sierra de Santa Catarina , a pesar  de la urbanización y el extractivismo minero a cielo abierto, sigue teniendo un valor ambiental de gran importancia, por la recarga de agua, variedad de vida vegetal y animal (Ramírez González & , 2012, p. 347). 

La mayor extensión de la sierra de Santa Catarina se encuentra dentro de la alcaldía de Tláhuac, pero llega hasta el Estado de México con el volcán La Caldera. La pinza de la mancha urbana se va cerrando en torno a esta cadena montañosa y a la zona lacustre de Tláhuac. Frente al metro Tezonco se encuentra el panteón San Lorenzo Tezonco, recordado en los últimos años porque ahí fue enterrado el jefe principal del cártel de Tláhuac acompañado de grandes caravanas de trabajadores informales y sus familias. En las redes sociales se da cuenta de la gran cantidad de gente que acudió y las arengas a su nombre, lo que nos permite dimensionar el impacto de este tipo de fenómeno en la vida económica y social de colonias y pueblos, que coincide con la llegada del metro y el crecimiento urbano.[12]

Del metro Nopalera[13] al metro Tláhuac.

 

En el metro Nopalera se observa a la gente bajar de las nuevas colonias ubicadas en las orillas de los cerros para abordar los trenes. A esa altura se mira el volcán Xaltepec (lugar de los arenales) rodeado de nuevos asentamientos humanos, cada día luce más devastado por la actividad minera.

En sus faldas aún existe una extensión de suelo agrícola conocido como las Calabacitas donde algunos ejidatarios siembran y venden su producción a las orillas del camino donde pasan carros de volteo que van y vienen de las minas, autos y transporte público que se dirigen a las distintas estaciones del metro.

Antes de llegar al pueblo de Zapotitlan (lugar de zapotes), en sus orillas nos encontramos con las colonias y unidades habitacionales que en los últimos años han surgido una cadena de comercios de firmas de tiendas y bancos nacionales e internacionales. Sobre la avenida se observa la predominancia de los pequeños comercios y tiendas de conveniencia de la firma OXXO.

En contraste con las colonias donde proliferan las plazas comerciales como Lomas Estrella, Calle 11, Periférico, Olivos y Nopalera, se observan las diferencias comerciales entre los pueblos originarios urbanizados como Culhuacán, San Andrés Tomatlán y San Lorenzo Tezonco.

Al terminar el pueblo de Zapotitlán, la avenida Tláhuac se bifurca y el sentido hacia Tláhuac se convierte en la avenida San Rafael Atlixco (Agua en el valle o en la superficie del suelo), antiguo camino del tren que llegaba a Tláhuac. Del lado norte, se observa a la Sierra de Santa Catarina, resalta su verdor sin casas[14]

A la derecha se puede observar el ejido de Tlaltenco (en la orilla de la tierra), en la parte izquierda del recorrido, hay un canal de aguas residuales cubierto de tule, en sus orillas se ven los árboles endémicos ahuejotes (sauce de agua). Este canal fue parte de la red lacustre, hoy es un canal de desagüe de las aguas residuales de los nuevos asentamientos irregulares y divide al pueblo de Zapotitlán con el pueblo de Tlaltenco.

El metro Tlaltenco, es la penúltima estación antes de llegar a la terminal de Tláhuac, a su derecha, en el ejido de Tlaltenco se observan precarias casas con antenas parabólicas de televisión, cables, postes improvisados, siembra de pequeñas parcelas y grandes extensiones de parcelas abandonadas. 

En la parte norte del pueblo se encuentra la parte más alta de la sierra de Santa Catarina, el cerro de Guadalupe. Es común escuchar la opinión que resulta raro ver en la ciudad un cerro sin casas.

 

 

 

 

 

 

 


Recorrido a la Sierra de Sta Catarina con el colectivo AzcaTlaltenco en 2017. Archivo personal.

En temporada de lluvias la sierra de Santa Catarina a la altura de Tlaltenco luce verde, en octubre se cubren las faldas del volcán de color amarillo, por las flores silvestres, que los originarios llaman cocosa, flor muy aromática que suelen ir a cortarla y en pequeños ramos venderlo en el centro de Tlaltenco para las ofrendas de día de muertos. En sus faldas se siembra maíz, tomate, cempaxúchitl[15], parte del cerro de Guadalupe está dentro de la alcaldía de Iztapalapa, ahí la urbanización ha crecido más incontrolable.[16]

Al llegar al metro Tláhuac, el transporte colectivo de microbuses bloquea la avenida San Rafael Atlixco, pelean el pasaje que sale del metro, las rutas principales van hacia los municipios del Estado de México. A unos metros de la Ciénega de Tláhuac, el ruido de los cláxones y los gritos son parte del nuevo paisaje cotidiano.

Durante el 2016 y 2017, en las pantallas de los vagones de la línea 12 se anunció la construcción del denominado Parque Ecológico Lagunar Tláhuac[17] , las obras se realizarían sobre 14 hectáreas frente al metro Tláhuac, con una inversión de 120 millones de pesos. Hasta la fecha se desconoce por qué no se ha construido. La construcción estaría a cargo de la empresa Suez e ICA con una aportación de 60 millones de pesos por parte de la empresa, para iniciar su construcción en 2018  (Aldaz, 2017).

Para llegar al centro de San Pedro Tláhuac se puede llegar en camión a unos 10 minutos de la terminal del metro, al oriente de la terminal Tláhuac, se mira la Iztacihuatl (mujer blanca)[18] llamada en los pueblos de alrededor como la Volcana y el volcán Popocateptl (montaña que humea ), a unos 300 metros se contempla la Ciénega y la chinampería.

Sobre la avenida San Rafel Atlixco, en perpendicular se puede apreciar un canal de agua lleno de lirio, conocido como canal Revolución, frontera lacustre entre la infraestructura de SACMEX (Sistema de Aguas de la Ciudad de México) y el metro con la zona agrícola y suelos de conservación de la ciénega y chinampería.

Al fondo sobre ese canal, a medio kilómetro se encuentran la caída del agua tratada, sus aguas claras se incorporan paralelas a la avenida, una malla las protege y divide con la Ciénega, se miran aves endémicas como los zanates y patos.  En ese mismo punto una pila de costales de tierra separa el agua tratada conteniendo las aguas residuales de los nuevos asentamientos [19]

En ese canal los posesionarios y el grupo de vigilancia en la celebración de día de muertos cuelgan una figura de mujer hecha de trapos con su túnica blanca y cabellera larga, que parece flotar sobre el agua. Es la representación de la mítica llorona que persiste en la memoria de la comunidad.[20]

Sobre la barda perimetral de alambre que rodea a la Ciénega y a la chinampería cuelgan unas fotografías de lona deterioradas por el sol y la lluvia con paisajes de la misma zona, es fines de julio y se ven las plantas de maíz de 4 a 5 metros de altura coloreando de verde a la Ciénega. Adelante se encuentra la entrada a la Ciénega a la altura de lo que se conoce Canal Nacional. Ese canal separa a la zona chinampera de la Ciénega.[21]

En la entrada a la Ciénega hay una reja, con una lona que informa: zona agrícola protegida por la UNESCO. No se vende, ese espacio lo resguarda el grupo de Vigilancia Tlalli Septiembre Negro, conformado por gente de los pueblos originarios. Adelante sobre las rejas a la altura de la zona chinampera cuelgan letreros de venta de terrenos en la colonia Atotolco (antes paraje y zona chinampera). Hacia el centro de Tláhuac la avenida corre paralela al canal, se pueden observar las chinampas rodeadas de ahuejotes. (sauce de agua).

 

Imagen que contiene exterior, camino, campo, pasto

Descripción generada automáticamente 

 

 

 

 

 


Entrada a la ciénega: Archivo personal.

 Durante el imperio Mexica el sistema chinampero comprendió alrededor de 15 mil hectáreas de Chalco a Xochimilco (Martínez, 2019), hoy solo quedan alrededor de 2215 hectáreas, el 26 % se encuentra en Tláhuac. (González Pozo, 2016)

            En 1987 la UNESCO declaró al sistema agrícola chinampero como la base para la elaboración de la Declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad, Tláhuac y en particular su zona chinampera quedó dentro del polígono de la declaratoria, como una zona de valor excepcional con valores culturales y naturales para beneficio de la humanidad. (UNESCO, 1987).

Sin embargo, pese a las declaratorias, la chinampería no detiene su desaparición.  Carlos González Esquivel del Centro de Investigaciones en Ecosistemas, en su artículo Chinampas y sustentabilidad escribe:    

En un estudio publicado en la revista Journal of Environmental Planning and Management, en donde participaron Yair Merlín, técnico por proyecto del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIECO), Marta Astier, investigadora del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA), y otros investigadores del Instituto de Biología de la UNAM y el Instituto de Ecología, A.C., se analizaron imágenes de satélite de la zona de Xochimilco, tomadas de 1989 a 2006 que muestran una reducción del área chinampera a una tasa anual de 31 hectáreas por año. De continuar la tendencia, estos sistemas están en peligro de desaparecer en menos de 20 años. (González Esquivel, 2013, p. 2)

 

 Sobre la avenida San Rafael Atlixco, del lado izquierdo se encuentra el barrio de la Asunción, el paisaje chinampero se termina y a unos cuantos pasos nos encontramos en el centro de Tláhuac, ahí se encuentra el centro político de la alcaldía y a unos metros podemos ver la iglesia de San Pedro Tláhuac. Antes de la llegada de los conquistadores españoles ahí se encontraba el templo principal dedicado a Mixcoac (serpiente de nubes), deidad principal de la antigua Cuitláhuac.

Entre el edificio de la alcaldía y la iglesia se encuentra el kiosco y dos andadores, el Cuitláhuac y Miguel Hidalgo, en el jardín de la iglesia se encuentran dos piezas arqueológicas que son dos aros de piedra empotradas en columnas de piedra tallada, pertenecientes al antiguo juego de pelota que las culturas mesoamericanas practicaban.

El andador Miguel Hidalgo es el principal espacio que hace esquina con la avenida Cuitláhuac, punto comercial donde distintos grupos se disputan la venta de sus productos, es también el espacio para las ferias patronales de los distintos barrios. Ese fue el espacio donde convergieron los procesos de apropiación de las cooperativas del cual fui parte como miembro de la cooperativa ETHOS.[22]

 

Reflexiones en el centro de Tláhuac

 

La narrativa del recorrido pausa la vida cotidiana del metro, da cuenta de los nuevos paisajes urbanos que disputan el espacio, el de la devastación de la sierra de Santa Catarina y del deterioro del patrimonio natural y cultural de los pueblos originarios de Tláhuac.

La vida rural se degrada ante la irrupción de centralidades urbanas y corredores comerciales, cada punto de estación a estación es una realidad sumergida en la disputa del territorio. En la medida que llegamos a Tláhuac la urbanización es más contrastante respecto al espacio rural. Sin embargo, el paisaje no deja de ser de imbricaciones de altos y degradados contrastes.

Gilberto Giménez escribe sobre el paisaje: “En este sentido hablamos de paisajes rurales o agrícolas, de paisajes urbanos, suburbanos o rurbano…la función primordial del paisaje es servir como símbolo metonímico del territorio no visible en su totalidad, según el conocido mecanismo retórico de la parte por el todo”. (Giménez, 2005, p. 14)

El paisaje degradado del patrimonio natural no representa para el ciudadano de a pie una preocupación para su sobrevivencia, por el contrario, el paisaje, cumple una función de formación de la normalización del deterioro ambiental. Al respecto el geógrafo Joan Nogué señala que:

 Al crear y recrear los paisajes a través de signos con mensajes ideológicos se forman imágenes y patrones de significados que permiten ejercer el control sobre el comportamiento, dado que las personas asumen estos paisajes ´manufacturados´ de manera natural y lógica, pasando a incorporarlos a su imaginario y a consumirlos, defenderlos y legitimizarlos. (Nogué, 2007: 12 citado en   Levi & Ramírez Velázquez, 2012, p. 15)

El paisaje reinterpretado visibilizó la multiplicidad de conflictos,  la metonimia paisajista alimentó el mirar para encontrar las nuevas rutas debajo de los paisajes, redimensionando la devastación de cerros, suelos agrícolas y su disminuida actividad agrícola, espacios percibidos como espacios de atraso en concordancia con el discurso del espacio urbano como cúspide de modernidad.[23] La sociedad convertida en usuaria de la infraestructura urbana atraviesa la ciudad asimilada, sin saber que es parte del mapa de la crisis socioambiental.

 

 

 

 

 

 

 

 


Esquema del recorrido socioambiental (elaboración propia)

La urbanización no solo ocupa y domina los espacios físicos, su lucha está en el plano de la construcción y destrucción simbólica del espacio y culturas de los pueblos originarios rurales, de las colonias y de los flujos de usuarios. 

El sociólogo y videógrafo Pablo Gaytán Santiago escribe:

Así, la ciudad es un medio de producción informativo, ya que reúne y metaboliza todas las clases de cadenas productivas heterogéneas: el agua que se trae a la ciudad en acueductos, el abasto alimentario, la administración urbana, el espectáculo, los medios de comunicación, los hidrocarburos, los flujos migratorios, los flujos financieros, los flujos de tecnología, los flujos de interacción organizativa, flujos de imágenes, sonidos y símbolos. En este sentido, los flujos no sólo son un elemento de la organización social, son antes que nada, la expresión de los procesos que dominan nuestra vida económica, social, política y simbólica. (Gaytán Santiago, 2006, p. 50)

 

La imaginación cotidiana de los miles de usuarios subsumidos en el flujo del metro se alimenta de una urbanización inevitable y necesaria para trasladarse y habitar, agradecen la llegada del metro porque solucionó sus problemas de movilidad. La dominación urbana del paisaje y sus contradicciones tiene sentido en función de que en la dimensión simbólica la degradación ambiental no es de su interés para la sobrevivencia. La modernidad invisibiliza la interpelación que la vida rural históricamente le hace. 

En contraste con las colonias donde proliferan las plazas comerciales como Lomas Estrella, Calle 11, Periférico, Olivos y Nopalera, los pueblos originarios urbanizados como Culhuacán, San Andrés Tomatlán y San Lorenzo Tezonco siguen resistiendo a la instalación de los grandes desarrollos comerciales. La vida comunitaria continúa con sus fiestas patronales, regido por un calendario agrícola sin suelos agrícolas y sin campesinos. (Gómez Arzapalo, 2016)

El contexto socioambiental de ninguna manera se explica desde una yuxtaposición de lo rural y lo urbano, el sociólogo John Fredy López Pérez, junto con otros investigadores plantean el concepto de interfase, como el espacio del flujo rural-urbano, donde se dan los vínculos periféricos y se agudizan los conflictos socioambientales (López Pérez, et al., 2005, p. 35).

Como resultado de la disputa por el territorio, el recorrido asume tonalidades distintas, entre grises y luminosos, de pequeños negocios y firmas comerciales, paisajes urbanos matizados, degradándose en la medida que se acercan al verdor de San Pedro Tláhuac. 

En las faldas del Cerro de la Estrella, el agua tratada que corre hacia las chinampería constituye un elemento fundamental del Patrimonio Cultural y Natural chinampero. La fuerza del pasado reclama su existencia en el presente y se adapta para resistir, son los últimos reductos de la naturaleza, que resisten desde su hibridez.

La planta de tratamiento y su red de distribución funciona como una prótesis del sistema chinampero[24] porque depende del agua tratada del Cerro de la Estrella, es una construcción distópica, mundo imaginario, indeseable sobre el cuál nacen utopías de esfuerzos aislados de una resistencia que ha sobrevivido a la expansión del capital y a la devastación de la naturaleza. Disputan el agua y la existencia de las chinampas como patrimonio cotidiano de los pueblos originarios aún lacustres.

 

El territorio adquiere multidimensionalidad y debajo del orden urbano existen las conexiones subsumidas de sentidos que interpelan a la modernidad, a esos espacios de grandes flujos y conflictos de las interfases rural-urbanas, que como diría Haesbaert: “desde su naturaleza, más estrictamente política hasta su carácter en rigor simbólico, pasando por las relaciones dentro del llamado poder económico, indisociables de la esfera jurídica-política”. (Haesbaert, 2011, p. 80)

Los múltiples socavones en la zona sur oriente se magnificaron con los sismos del pasado septiembre de 2017, (Carreón-Freyre, 2019, p. 9) con lo que aumentó la escasez y la mala calidad del agua[25] para consumo humano.

La crisis socioambiental es el de la memoria lacustre que encuentra sus reductos en las chinampas, condensadas en hundimientos diferenciados, crisis hídrica que hunden a una ciudad cada día más insustentable. Es una sed incontrolable y depredadora de la vida.

La crisis hídrica rodea a la zona chinampera, y esta resiste. El capital privado urbanizador no se detiene. Sobre el hundimiento de la zona suroriente el metro configura la vida social de la urbanización periférica.

Sobre esta urbanización acelerada y de dominación sobre los recursos naturales, David Harvey señala que el capital tiene: “necesidad insaciable de disponer de capital sobreacumulado ávido de inversión en un crecimiento urbano raudo e ilimitado sin importar cuáles sean las posibles consecuencias sociales, medioambientales o políticas.” (Harvey, 2013, pp. 13-14) .

Sobre la crisis socioambiental proliferan las nuevas centralidades comerciales, como espacios libres para la reproducción social desde el consumismo[26], sustituyendo la convivencia de los espacios públicos. En las calles la violencia y la inseguridad alientan los flujos hacia las centralidades comerciales, complementándose en los hechos.[27]

Los puntos de venta de drogas son parte de la vida cotidiana en las colonias, que generan empleos a jóvenes de bajos recursos, controlando la economía local.[28]  Hoy los controles de colonias y pueblos por el narcotráfico y la delincuencia persisten en la vida cotidiana.

Esta crisis ambiental camina de la mano de la degradación de la vida social, como componentes de la modernidad y la urbanización acelerada. El investigador de la Universidad de California, Philippe Bourgois, denomina a este tipo de economía como de Acumulación por Depredación. (Bourgois., 2018)

El paisaje distópico normalizado para el usuario- consumidor es una realidad normalizada, pero como hemos señalado, los geosímbolos persisten en su fuerza simbólica y se pueden reactivar ante sucesos y coyunturas. El águila en el metro nopalera, reactualizó el mito en la memoria colectiva a través de las redes sociales dando fuerza y profundidad al recorrido Mixcoac – Tláhuac, remitiéndonos a los orígenes y al mito en la fundación del Altepetl Cuitláhuac, sin el cual tampoco se explica la resistencia de la cultura lacustre ante la urbanización.

Las coincidencias se vuelven metonimias evocando la memoria, permitiendo mirar el territorio como espacio significativo, porque como diría Cliford Geertz, contextualizar es construir un mirar más complejo que cifras y datos. (Geertz, 2003).

Así como los desperdicios anónimos preceden al abandono de la vida agrícola y es el antecedente al relato de la modernidad urbana civilizatoria, el territorio también se domina desde los cuerpos sociales con expansión del miedo y el capital. El modelo requiere de la violencia y la hegemonía del relato, mostrándonos los imbricados lazos entre la urbanización y la violencia.

La urbanización mercantiliza y remercantiliza a la naturaleza y a los humanos (Harvey, 2005). En San Pedro Tláhuac el despojo de parcelas y el mercado de drogas han ido convirtiendo al ejido y pequeña propiedad en oportunidades de nuevos asentamientos humanos y nuevos nichos de mercado entre estos, los puntos de venta de droga.[29] Detrás del paisaje de los luminosos centros comerciales, la crisis socioambiental atraviesa la sierra devastada, la crisis hídrica y el tejido social.

En su exposición sobre la renta de la tierra, Armando Bartra señala que: “y esta violencia que hoy reconocemos y padecemos, tiene en el borde definitivo de la crisis a la humanidad. Esta violencia es expresión de una o dos contradicciones externas las que el capital como modo de producción tiene con el hombre y con la naturaleza”. (Bartra, 2012)

El paisaje del ejido de Tlaltenco está teñido de asentamientos irregulares, manchas-parcelas-casas, actividades agrícolas con cuerpos de cemento y tendederos de alambres. Es una frontera confusa claramente de transición, de espacios donde no hay una lógica predominante, es lo que Rogério Haesbaert llama: “situaciones de aglomerado territorial, siempre vistas como momentos, como transiciones”. (Haesbaert, 2012, p. 32). El urbanista Emilio Pradilla Cobos en su artículo, La ciudad capitalista en el patrón neoliberal de acumulación en América Latina escribe:

En las ciudades latinoamericanas funcionan hoy dos mercados de suelo urbano con reglas del juego distintas: el formal, plenamente capitalista y sometido a las regulaciones estatales de la propiedad y el urbanismo; y el informal que domina en las áreas carentes de titulación de la propiedad que fueron urbanizadas ilegal o irregularmente; el segundo, articulado y subsumido al primero.( (Pradilla Cobos, jun 2014, p. 41)

Si el abandono de la actividad agrícola antecede a los nuevos asentamientos irregulares, es porque la urbanización va ganando el espacio simbólico y el resultado es la invisibilización y extinción de la actividad y la cultura campesina. Parte de ese papel lo han jugado las declaratorias de los suelos de conservación significadas como espacios abandonados. Conservación sin vida campesina y sin memoria.

La investigadora Leticia Durand y Jorge Jiménez, en su artículo Sobre áreas naturales protegidas y la construcción de no lugares. Notas para México, escriben: “las áreas naturales protegidas, cuando no incluyen procesos locales de consenso y negociación, pueden dar lugar a dinámicas de desterritorialización”. (Durand & Jiménez, 2016).

Por desterritorialización podemos entender como multiterritorialidad, como lo define el geógrafo Rogerio Haesbaert:

El gran dilema de la reconfiguración territorial en nuestros días no es la desterritorialización, sino el refuerzo simultáneo de la multiterritorialidad segura para unos pocos —para la elite globalizada—, y la precarización y/o contención territorial para muchos —los "sin tierra", los "sin techo"—, en su resistencia y lucha por un territorio mínimo cotidiano, su mínima e indispensable seguridad al mismo tiempo funcional y afectiva en este mundo. (Haesbaert, 2012, p. 40)

Precarizado territorialmente, aglomerado y subsumido el campesino desaparece, ausente en las políticas ambientales. (Merino, 2018), la democracia ambiental es un pendiente de los habitantes de la ciudad y esta será con los campesinos o no lo será, pues son parte fundamental para la conservación y la transición a la justicia ambiental y agrícola.[30]  Su ausencia es parte de la insustentabilidad de la ciudad.

La preocupación oficial ambiental se refleja en la proyección del Parque Lagunar Tláhuac, destacándose la propuesta de la chinampa demostrativa negación de las chinampas y del chinampero existentes y como referentes de futuro.

El Parque Lagunar Tláhuac es una dominación desde el modelo recreativo, dentro del esquema de parque urbano que traerá flujo de visitas, contribuyendo a la revalorización de la tierra para la expansión urbana, arrojando una mayor presión a la zona chinampera.

La investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Martha Angélica Olivares, en su artículo Los sujetos rurales, globalización y contradicciones espaciales. Lo urbano y lo rural, señala lo que significa las imbricadas relaciones de la disputa: “Lo rural se complejiza, aunque no se ha logrado del todo su mistificación y conversión en un espacio únicamente de tránsito para las políticas asistencialistas y compesatorias o en territorio silvestre y apacible para el esparcimiento.” (Olivares Díaz, 2016, p. 103)

Sin embargo, el territorio resiste y en nuestro recorrido socioambiental pareciera que el metro ha sido detenido en Canal Revolución, cerco lacustre que protege a la Ciénega y las chinampas de Tláhuac, espacio de disputa por el agua donde la reducida actividad campesina depende de su abasto de la tecnología y la infraestructura urbana. Depende de la eficacia y la voluntad política.

Canal Nacional como toda la red de canales son geosímbolos, Gilberto Giménez y Catherine Héau escriben: “reviste a los ojos de ciertos pueblos y grupos étnicos una dimensión simbólica que los fortalece en su identidad” ((Bonnemaison 2004:56 citado en Giménez & Héau Lambert, 2007, p. 17).

Canal Revolución divide dos realidades, pero también es el recurso y el espacio en pugna que nos recuerda como los espacios lacustres han servido contra invasiones y otro tipo de violencias. Resiste, conteniendo al metro, con su mundo de posibilismos como las actividades culturales de campesinos, propietarios y vigilantes, donde el día de muertos resimbolizan a la llorona flotando frente a la modernidad detenida.

Sus actividades culturales de siembra y cosecha son parte de las iniciativas que los posesionarios de las chinampas y la ciénega emprenden como parte de esos diálogos donde la memoria se reactualiza y continúa vinculada al ciclo sagrado y agrícola del territorio.

La zona chinampera y la laguna Tláhuac Xico están cercadas por la urbanización y como en el pasado, para la isla de Cuitláhuac, su mejor defensa fue su posición lacustre. Hoy ante la urbanización sus cuerpos de agua, sus canales y laguna lo siguen siendo.

El territorio rural-urbano es de fronteras, donde la expansión del capital crece dominando los territorios de los pueblos y sus recursos, pero también la conservación y la incipiente actividad agrícola resisten y son parte de la complejidad del territorio.  

La urbanización es el relato hegemónico por dominar el territorio y sin embargo, como diría James Scott: “Las relaciones de poder son, también, relaciones de resistencia”. (C.Scott, 2000, p. 71) o como señala Rogerio Haesbaert: “el concepto de dominación solo adquiere significado cuando se lo contrapone de manera dialéctica, con el de apropiación”. (Haesbaert, 2011, p. 80)

El recorrido reinterpretativo muestra al contexto socioambiental como multiterritorialidades en disputa, (Haesbaert, 2012) dibujando un complejo de dominaciones que disputan su naturalización.

La experiencia de las cooperativas en el centro de Tláhuac invita a identificar las formas: “desde la dominación política-económica más ´concreta´ y funcional hasta la apropiación más subjetiva o ´cultural-simbólica´” (Haesbaert, 2011, p. 81), donde lo múltiple rural- urbano, se traduce en la construcción alternativa de otros territorios, imprimiendo a la resistencia productiva de las chinampas, la recuperación , creación de sentidos y significados comunitarios más allá, pero con el potencial de mediación de la actividad agrícola.

 

 

 

 

 

 

Trabajos citados

 

Aldaz, . P., 2017. Anuncian Parque Ecológico en Tláhuac. El Universal, 4 septiembre, pp. https://www.eluniversal.com.mx/metropoli/cdmx/anuncian-parque-ecologico-en-tlahuac.

Backhoff Escudero, E., 2018. Destruyendo un volcán en México. tema de sustentabilidad.. El Universal, 18 agosto.

Bartra, A., 2012. La renta de la tierra. [En línea]
Available at: https://www.youtube.com/watch?v=acRZJPUaUQQ
[Último acceso: 6 septiembre 2018].

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[1] El texto forma parte de la tesis :García Hernández, A., 2020. RESISTENCIAS PRODUCTIVAS CONTRA LA URBANIZACIÓN ACELERADA EN LA ZONA CHINAMPERA DE SAN PEDRO TLÁHUAC, CIUDAD DE MÉXICO. México: UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD XOCHIMILCO DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES POSGRADO EN DESARROLLO RURAL NIVEL MAESTRÍA.

[2] Son varias traducciones e interpretaciones sobre el significado de Tláhuac, retomamos la traducción e interpretación del historiador Baruc Martínez, referido como el: “Lugar de excresencias acuáticas donde están los hombres del conocimiento(Martínez, 2005)

[3] La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del Gobierno de la Ciudad establece que un área Natural Protegida tiene:

“La principal función de un ANP es la protección y conservación de recursos naturales de importancia especial, ya sean especies de fauna o flora que se encuentran catalogados en algún estatus de riesgo (raras, amenazadas, endémicas, peligro de extinción) o bien de ecosistemas representativos a nivel local, regional, país e incluso internacionalmente”. (PAOT, 2010)

 

 

[4]La disposición de los 10 principales destinos de empleo en la zona metropolitana muestra una hegemonía del centro en la localización de los trabajos. Si bien en esta zona hay una presencia importante de trabajos ligados al sector de servicios, también existen las actividades de comercio al por menor. Esto significa que en la zona central hay trabajadores con distintos perfiles laborales y diferentes capacidades para desplazarse hacia sus lugares de trabajo.” (González Sanginés, 2018)

[5]El modelo privatizador del agua residual para enfrentar la crisis socioambiental se muestra en la nota:

 “El empresario Carlos Slim Helú, presidente vitalicio del Grupo Carso, aseguró que dicha empresa continuará invirtiendo en la construcción tanto del Túnel Emisor Oriente como de la planta de tratamiento de aguas negras que estará ubicada en el estado de Hidalgo con la cual se podrá sanear hasta el 60 por ciento de las aguas negras provenientes del Valle de México” (Expok, 2012) .

[6] La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del Gobierno de la Ciudad establece que un área Natural Protegida tiene:

“La principal función de un ANP es la protección y conservación de recursos naturales de importancia especial, ya sean especies de fauna o flora que se encuentran catalogados en algún estatus de riesgo (raras, amenazadas, endémicas, peligro de extinción) o bien de ecosistemas representativos a nivel local, regional, país e incluso internacionalmente.” (PAOT, 2010)

[7]  Bernardino de Sahaugún en la Historia General de las cosas de la Nueva España, escribe:

“y también decían que los montes está fundados sobre el cual, que están llenos de agua, y por de fuera son de tierra, como si fuesen vasos grandes de agua o como casas llenos de agua ( ... ] Y de aquí acostumbraron a llamar a los pueblos donde vive la fuente altépetl que quiere decir monte de agua o monte lleno de agua” (Sahagún, 2020, p. 800)

[8] Un joven activista del CCH Sur que nos apoya en las actividades de la zona chinampera de Tláhuac y que participó en el movimiento contra los porros dice que le gusta consumir en las plazas comerciales, que además se siente más seguro en la plaza que en los tianguis.

[9] Proviene del náhuatl tianquiztli, que significa mercado.  

[10] Parque Xalli ubicado a las faldas del cerro Tetecom en los ejidos del pueblo de Zapotitlán.

[11] La investigadora y profesora de la UAM Xochimilco, Rhina Roux en su artículo del El Príncipe Fragmentado escribe:

“Los datos oficiales registran que en lo que va del nuevo siglo un cuarto de la superficie del territorio nacional fue concesionada hasta por 50 años a compañías mineras (75% de ellas canadienses, con posibilidad de renovación” (Roux, 2015, p. 347)

 

[12] El portal de Big Data da cuenta de cómo los cárteles a nivel nacional se han articulado con las mafias y cárteles locales, el cartel de Tláhuac tiene su presencia en todo el sur de la ciudad, en las alcaldías donde se concentra la mayor riqueza natural de la ciudad. (Big Data, 2018)

[14] Tláhuac cuenta con el 7.2 % del total de los Suelos de Conservación de la Ciudad de México. (PAOT, 2015)

[15] Significa en Flor de veinte pétalos. Flor muy aromática de color amarillo que se coloca en los altares el día de muertos.

[16] “La población económicamente activa ocupada en actividades agropecuarias en la Ciudad de México asciende a unas 16 000 personas, en 11 543 unidades de producción familiar. Unas 22 800 ha de tierra se dedican a la producción de cultivos, principalmente en las delegaciones de Tlalpan, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco.” (FAO, s.f.)

[17] En el video se anuncia que la obra contará con acceso de la terminal Tláhuac, lago recreativo de tres hectáreas, malecón y zona para adultos mayores, terraza de usos múltiples, servicios sanitarios, salones para talleres educativos, estacionamientos, chinampas demostrativas, embarcadero recreativo, centro cultural, humedal biofiltro, pista de patinaje, vivero forestal, ornamental y medicinal, planta de tratamiento de reúso de agua, isla de juegos infantiles y deportes, gimnasio al aire libre, terraza de aeobics y terraza, gimnasio techado, isla de alimentos, Isla del museo prehispánico lacustre, auditorio y foro multimedia, reúso del agua del mismo parque y el metro, suministro de agua tratada de la planta de tratamiento del Cerro de la Estrella tratamiento. Ver Parque Lagunar Tláhuac. https://www.youtube.com/watch?v=puILCBuM4CI

 

 

[18] Popularmente conocida como mujer dormida

[19] “En 2017 por las fuertes lluvias liberaron el encostalamiento que dividía las aguas negras y grises con el agua tratada y se desbordaron hacia los canales de la Ciénega y chinampería, creando un gran daño ambiental” (MSR, 2019).

Las redes sociales dieron cuenta y registraron el desastre. Uno de los chinamperos cuenta al respecto:

“¿Quién levantó el dique que contamino la chinampería y la Ciénega?, desagradecidamente no sabemos quién haya sido, porque fue en la noche, ahí donde está el dique ahí en el rebombeo de agua tratada en donde llega el agua del cerro de la estrella y se contamino toda el agua. Esa agua trae muchos químicos, personalmente compañeros que trabajamos en las mañanas, tuvimos problemas, mareos y una persona casi se iba a desmayar por esta situación de estar trabajando a un lado del canal. Ahí la comparación del agua tratada y agua contaminada, no se ve en la proyección, pero el agua era amarillenta, y mal oliente, con decirles que la herramienta en la tarde ya estaba oxidada, la cantidad de químicos era alarmante” (García Hernández, 2019) 

[20] “El último grupo lo conforma una sola entidad y es la que hasta la fecha se le conoce con el nombre de la Llorona, o atlanchaneh (moradora de las aguas) en náhuatl. Ésta era una mujer que portaba toda su vestimenta blanca, con larga y frondosa cabellera, y que regularmente se aparecía en las noches y en sitios ligados al mundo lacustre, de ahí su designación en el idioma náhuatl. De acuerdo con la memoria chinampera, a la Llorona no se le podían ver los pies y, al parecer, no caminaba sino volaba, pudiendo atravesar con facilidad las lagunas y canales; asimismo, los chinamperos creían que cuando sus alaridos se oían cerca, ella estaba lejos y viceversa. A diferencia de las otras entidades, la atlanchaneh no era de carácter ambivalente sino abiertamente violento puesto que buscaba llevarse el espíritu de sus víctimas a través del pánico que les causaba o, en muchos casos, por medio del ahogamiento.” (Martínez Díaz, 2016, pp. 166-167)

[21] Es el camino terrestre por el cual llegamos a la chinampa apícola a una distancia de 3 km aproximadamente.

[22] Por sus siglas Educación para el Trabajo Humanitario y la Organización Social. La cooperativa ETHOS nace con la misión de contribuir al desarrollo, a través de propuestas pedagógicas para los jóvenes y niños de la demarcación y de la cual formé parte. Su primer proyecto fue la enseñanza del idioma inglés. Años después de manera individual y en equipo con otros actores participamos en la capacitación y consultoría en proyectos productivos. La cooperativa actualmente está en fase de reestructuración.

[23] Cuando en la explanada delegacional instalaron un vagón del metro para promocionar las obras en entrevista con el delegado en turno una señora reclamaba al político:

“¡Cómo es posible señor que nos traten de ignorantes, si el metro nosotros los conocemos desde 1969 y usted nos viene a poner aquí un vagón para que lo conozcamos, no somos ignorantes, sépase que antes de usted naciera nosotros ya conocíamos el metro! y no crea que yo voy a dejar mi canasta, mi bolsa de mandado por bolsas de plástico, porque van a venir tiendas. No lo vamos aceptar.” (Ramírez, 2018)

 

[24] Una productora de amaranto, miembro de la comunidad de Central Mexicana de Alcohólicos Anónimos, en una Trajinera del Conocimiento, comentó que éste sistema se asemeja al enfermo de alcoholismo, es obsesivo y compulsivo.

[25]   “De los aproximadamente 549 pozos administrados por el SAC-excluyendo los del sistema Chiconautla-, 315 pozos forman parte de la red de pozos al sur(Auxiliares Xotepingo, Coyoacán, Tlalpan, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco), los cuales en conjunto aportan el 52% de las aguas subterráneas extraídas dentro de la ciudad para el abastecimiento” (Constantino T, 2014, p. 69)

[26] La línea 12 del metro configura los territorios en nuevos mercados urbanos, a los que el investigador José Gasca del Instituto de Investigaciones Económica de la UNAM llama nuevas centralidades. El investigador señala que la plaza comercial Parque Las Antenas, es parte de un proyecto de creación de nuevas centralidades de consumo caracterizada por una economía de aglomeración, con características de proximidad, velocidad y maximización de los consumos, además de constituirse en espacios de reproducción social. (Gasca, 2019)

[27] Con los linchamientos de agentes federales en el pueblo de San Juan Ixtayopan en Tláhuac en el mes de noviembre de 2004 , los medios de comunicación escribieron el relato de un territorio de inseguridad, mostrando las fisuras a nivel local de un Estado rebasado por la violencia y el crimen. (Roux, 2015).

Los linchamientos de policías federales en San Juan Ixtayopan y la sobreexposición mediática dañaron moralmente a Tláhuac, criminalizando a sus pueblos y colonias, contribuyendo al deterioro del tejido social previo al discurso aplanador de la necesaria modernidad del metro junto con la pérdida de gobernabilidad.

[28] Es común escuchar a comerciantes decir la maldad nos cuida sobre la seguridad que les vende el narcotráfico. La economía formal y delincuencial se complementan. Francesco Forgione, expresidente de la Comisión Parlamentaria Antimafia de Italia escribe sobre el crimen y el capitalismo que: “La mafia no es un fenómeno de la pobreza es un fenómeno de la modernidad capitalista” (Forgione, 2019)

[29] Les llaman tienditas, como antes las tiendas de abarrotes.

[30]  “Estadísticas comparables recopiladas para 81 países —que implican dos terceras partes de la población mundial y 38% de la superficie agrícola— muestran que 73% del total de explotaciones cuenta con menos de una hectárea de tierra y 85% con menos de dos hectáreas (HLPE, 2013: 7-11).” (Robles Berlanga, 2016)